Si pensamos en la representación psicológica de la Luna en nuestra carta natal, uno de los aspectos principales que debemos tener en  cuenta es nuestra necesidad básica de supervivencia y seguridad.

Es la madre durante la gestación quien nos provee un espacio en su vientre, así como la nutrición necesaria para iniciar nuestro desarrollo. El latido de su corazón nos conecta con ella y nos tranquiliza. Al nacer dependemos de su protección, de su alimentación y de su abrigo. Sólo poco a poco nos vamos haciendo autónomos e independientes de su cuidado.

El signo en que se encuentra la luna nos muestra como hemos experimentado esta necesidad y también como somos o podemos ser como madre y padre.

Nos dice psicológicamente como alimentamos a los demás y como nos gusta que nos alimenten. Nos muestra como reaccionamos instintivamente ante los acontecimientos especialmente cuando sentimos que puede estar vulnerada nuestra seguridad emocional.

De otro lado, la casa donde se encuentra la luna nos muestra donde nos sentimos protegidos, seguros, cómodos y con un sentimiento de pertenencia.

La Luna nos enseña como proveernos, nutrirnos, protegernos. Nos enseña como ser la madre de nuestro propio bienestar y cuidado.

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