Esta lunación está marcada por la entrada de Júpiter en Cáncer. Pasamos de una fase de exploración y dispersión (Júpiter en Géminis) a una de introspección y nutrición. El foco se pone en lo que realmente nos sirve emocionalmente, invitándonos a construir un refugio interno, a definir qué y quiénes forman parte de nuestra «familia» del alma, y a excluir lo que no nos nutre. Se trata de encontrar un significado profundo a través del sentir y la conexión emocional.

Varias cuadraturas activan una energía de tensión que puede ser muy creativa. La cuadratura de Marte en Leo con Urano en Tauro puede generar una rebeldía que, bien canalizada, impulsa a romper esquemas y a usar nuestros recursos de formas innovadoras. Por otro lado, la cuadratura de Venus con Plutón nos obliga a revisar la intensidad en nuestros vínculos, el control y los apegos, pidiendo una transformación profunda en cómo valoramos y nos relacionamos.

Sagitario busca respuestas rápidas y a veces se aferra a la primera conclusión. Esta luna llena nos pide repreguntar y no caer en la negación. La «música de fondo» de Saturno añade un llamado a la responsabilidad. No se trata de evadir los límites y las consecuencias, sino de integrar la estructura, el método y la madurez para dar un sentido real y sostenible a nuestra visión de vida, asumiendo nuestro proceso personal para llegar a los resultados deseados.